martes, 7 de julio de 2009

¡¡¡Que vuelva Mel!!!

Es inevitable. Pareciera que nos persigue a cada instante, cual plaga de langostas. Vivimos cada momento de nuestras vidas bajo su signo; no hay persona, familiar, cuñado, compadre o vecino que no opine sobre el tema. Y el tema mis amigos, es que vuelva Mel. Yo apoyo que vuelva ese señor a su país y pronto; pero mis razones no son provocadas por la rasgada de vestiduras de nuestro Comandante y su colega dictador Raúl Castro por la democracia, y mucho menos por el proverbial oportunismo de los Kirchner (económico) o del siniestro personaje que funge como Secretario de la OEA José Miguel Insulza (político).

Yo quiero que Mel vuelva, para que deje de usar nuestros aviones y nuestra gasolina. Prefiero que vaya a su país y gaste sus recursos y enfrente sus problemas, porque mi país tiene bastante entre la inseguridad desbordada, la corruptela de la neoburguesía roja, la borrachera de poder que destila la élite política revolucionaria y para colmo una oposición que no termina de entender el dilema que enfrentamos como pueblo. Si Mel vuelve a su terruño, nos quitamos de encima que el Comandante use el día más sagrado para la historia del país (5 de julio) para dedicárselo a Mel y sus ansías de perpetuarse en el poder; quizás tengamos que seguir soportando que los cubanos desfilen al lado de los militares venezolanos, pero bueno, ya esos se dejaron "montar la pata" como dicen coloquialmente. En todo caso, ya el temita de Mel quedaría de lado.

Logrando que Mel regrese, le tocaría enfrentar la justicia en su país. Para aquellos que nos apasiona la política, sabemos que las situaciones se deben medir fríamente, para luego analizar sus consecuencias y a partir de ahí trazar una "hoja de ruta" que delineará las opiniones sobre un escenario específico. Un verdadero político sopesa sus palabras, mide su alcance y actúa cercano a un "libreto" comunicacional preestablecido. Por ello, las reacciones desproporcionadas de los extremos políticos venezolanos fueron como lo vimos: "queremos que hagan un transplante de testículos entre los militares hondureños y los venezolanos" decían unos, mientras que el Comandante rojo rojito decía "vamos a derrocar al gobierno gorila, que dio un golpe". Eso significa que ambas opiniones son sesgadas y además provenientes de la ira, del rencor y del resentimiento, producto del "descocamiento" que vivimos a diario. Ese es el problema de los extremos: piensan con las vísceras, mientras se relamen con la idea de la violencia.

Cuando Mel llegue a su país, deberá enfrentar al pueblo, a su partido, a los militares, al Congreso y sobre todo a la justicia. Antes de dictar su opinión sobre lo ocurrido en Honduras, cualquier persona ha debido buscarse la Constitución de Honduras. Desde el punto de vista constitucional, la insistencia de Mel en hacer un supuesto "referendo" para aprobar su reelección al estilo venezolano, con tecnología y asesoría patria, configura el delito de TRAICIÓN A LA PATRIA. Si usted a estas alturas del partido no ha leído esta constitución, por favor le ruego visite este vínculo: Constitución de Honduras. De todas maneras le transcribo algunos artículos de dicha norma fundamental:

ARTICULO 4.- La forma de gobierno es republicana, democrática y representativa. Se ejerce por tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, complementarios e independientes y sin relaciones de subordinación.

La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es obligatoria.

La infracción de esta norma constituye delito de traición a la Patria.

ARTICULO 42.- La calidad de ciudadano se pierde: (OMISSIS)

4. Por coartar la libertad de sufragio, adulterar documentos electorales o emplear medios fraudulentos para burlar la voluntad popular;

5. Por incitar, promover o apoyar el continuismo o la reelección del Presidente de la República; (OMISSIS)

ARTICULO 239.- El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado.

El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública.

Usted me dirá: ¿Pero entonces no hubo golpe de estado? Le diré mi opinión: Sí hubo un golpe de estado, los militares no han debido sacar a Mel del país, han debido (en todo caso) arrestarlo y presentarlo ante la Corte Suprema de Justicia, luego que el Congreso aprobara su enjuiciamiento. Pero observe que toda la Corte Suprema de Justicia, la mayoría casi absoluta de los diputados del Congreso (incluso los del partido de Mel), una mayoría (vean las manifestaciones para que vean lo reducido de estas) del pueblo hondureño y en fin, los más amplios sectores de la sociedad no quieren permitirle a Mel la posibilidad de perpetuarse en el poder. Observamos que los poderes constituidos y la sociedad están de acuerdo en ese punto. Entonces mi veredicto es que si hubo un golpe de estado, pero extrañamente democrático. Pocas veces en un escenario político existe un espacio del debate que reúne a tantos actores a su alrededor: no queremos a Mel perpetuado en el poder. No me digan que no es una expresión de una sociedad fundamentada en su Constitución. Concluyo mi opinión diciendo que no puedo apoyar un burdo golpe militar, pero la situación me obliga a entornar los ojos a mi país y ver donde estoy parado: pongamos nuestras barbas en remojo mientras nos comemos el respectivo dulcito de lechosa.

Pero lo que más me gustaría lograr con el regreso de Mel, es que la OEA tendrá que mirar a Venezuela y ver como acá nuestra élite política se llena la boca hablando de democracia pero eliminan la Alcaldía Mayor, desconociendo el voto de cientos de miles de caraqueños; que dicen que gozamos de libertad de expresión pero se censura las campañas organizadas por la sociedad. Podrán ver como aquí poco a poco se nos está instalando una "dictablanda" donde nos dan caramelos pseudodemocráticos para que los imbéciles sigan creyendo en que podemos decir "casi" todo lo que queramos (vean el caso de CEDICE) y porque nos ofrecen elecciones cuando ellos quieren (vean las elecciones de diputados y concejales) ya estamos en una democracia. Esto dejó de ser una democracia como la aspira el constituyente de 1999 hace muchísimo tiempo; si bien me resisto a identificarla con una dictadura, nuestro régimen político se distancia, cada vez más, de la democracia. El problema es que los "e$fuer$o$" de la OEA se pagan con votos y barriles de petróleo.

Ojalá que se Mel pueda irse a su casa a gastar SUS reales y enfrentar SUS problemas, dejando de chulearse NUESTROS reales y dejando de ser NUESTRO problema.

En estos instantes me enteré por Twitter, que Mel se irá a Washington a rogar apoyo de los gringos (vade retro satana) y luego se entrevistará con el Presidente designado Micheletti en Costa Rica, bajo la mediación de Oscar Arias. Pues se me ocurre que le cambiaría a los gringos a ese Mel chulo y oportunista, por otros "Mel": por Mel Gibson y por Mel Patiño. El primero para que se traiga su exitosa serie "Arma Mortal" y acabe con los malandros, choros, corruptos y la inseguridad que nos agobia a los venezolanos, porque evidentemente el régimen actual y sus acólitos son ineptos para hacerlo. Y el segundo (para quien no lo conoce es el ayudante de Krusty El Payaso en Los Simpsons -biografía-) para que nos devuelva un rato la sonrisa recibiendo esos pastelazos que tienen 20 años cautivándonos. Yo con esos "Mel" si me quedaría…

Pero mientras, ojalá entiendan por qué digo: ¡Qué vuelva Mel!